lunes

Una cuidadosa lectura del espacio (2da parte)


—La segunda forma de hacer esto es similar a la primera, pero en esta la sucesión en que se dan los eventos cobra mayor relevancia. En la primera técnica tú hilaste de manera libre una serie de elementos, les asignaste un significado y les diste cierta coherencia con una historia. Esta vez, la sucesión en que vas descubriendo los elementos del paisaje, a través de una caminata, se debe de respetar para que te den la secuencia de eventos. Para esto, está implícita la actividad de caminar por el paisaje y estar alerta a lo que se te presenta mientras lo recorres.

—Esto es similar a cierta ejercicio de nemotecnia en donde uno trata de memorizar todo lo existente entre el punto A y B de un recorrido que nos sea familiar y cotidiano, para posteriormente asociar a cada elemento ya aprendido alguna idea o concepto nuevo que se quiera memorizar. Sabiendo ya de antemano cual es la secuencia de elementos entre A y B, por semejanza también nos acordaremos de las cosas asociadas a ellos, incluyendo el orden en que se dan.

—La intención en este caso no es utilizarlo como una herramienta para memorizar. Es para entender como está compuesto el paisaje que caminas y, más importante aún, estrechar un vínculo íntimo con el mismo como la técnica anterior, desentrañando significados y relacionarlos a través de la elaboración de una historia.

—Si hay un camino trazado en el paisaje, es más fácil hacer la historia, de alguna manera tus pasos son dirigidos.

—Quizá quien trazó el camino que tú dices lo hizo con toda la intención de que experimentes ciertos elementos particulares: rozar un árbol, enmarcar alguna vista o ponerte de frente a una roca.

— ¿Qué pasa cuando no hay camino?

—Recorres el paisaje atento. Te das cuenta que un giro en el caminar implica un cambio en la historia, y al no haber camino, si sacas historia hasta de los más mínimos detalles, descubrirás que la misma historia ya no se vuelve a repetir.

—Un número infinito de historias posibles.

—Sí, pero ¿sabes?, llegarías a tener un grado de familiaridad tan inmenso con el sitio que no te lo puedes imaginar. Le dedicas tanto esfuerzo a él que le dejas algo de ti, y al verte reflejado en la naturaleza es una retribución maravillosa.

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Una cuidadosa lectura del espacio (2da parte)


—La segunda forma de hacer esto es similar a la primera, pero en esta la sucesión en que se dan los eventos cobra mayor relevancia. En la primera técnica tú hilaste de manera libre una serie de elementos, les asignaste un significado y les diste cierta coherencia con una historia. Esta vez, la sucesión en que vas descubriendo los elementos del paisaje, a través de una caminata, se debe de respetar para que te den la secuencia de eventos. Para esto, está implícita la actividad de caminar por el paisaje y estar alerta a lo que se te presenta mientras lo recorres.

—Esto es similar a cierta ejercicio de nemotecnia en donde uno trata de memorizar todo lo existente entre el punto A y B de un recorrido que nos sea familiar y cotidiano, para posteriormente asociar a cada elemento ya aprendido alguna idea o concepto nuevo que se quiera memorizar. Sabiendo ya de antemano cual es la secuencia de elementos entre A y B, por semejanza también nos acordaremos de las cosas asociadas a ellos, incluyendo el orden en que se dan.

—La intención en este caso no es utilizarlo como una herramienta para memorizar. Es para entender como está compuesto el paisaje que caminas y, más importante aún, estrechar un vínculo íntimo con el mismo como la técnica anterior, desentrañando significados y relacionarlos a través de la elaboración de una historia.

—Si hay un camino trazado en el paisaje, es más fácil hacer la historia, de alguna manera tus pasos son dirigidos.

—Quizá quien trazó el camino que tú dices lo hizo con toda la intención de que experimentes ciertos elementos particulares: rozar un árbol, enmarcar alguna vista o ponerte de frente a una roca.

— ¿Qué pasa cuando no hay camino?

—Recorres el paisaje atento. Te das cuenta que un giro en el caminar implica un cambio en la historia, y al no haber camino, si sacas historia hasta de los más mínimos detalles, descubrirás que la misma historia ya no se vuelve a repetir.

—Un número infinito de historias posibles.

—Sí, pero ¿sabes?, llegarías a tener un grado de familiaridad tan inmenso con el sitio que no te lo puedes imaginar. Le dedicas tanto esfuerzo a él que le dejas algo de ti, y al verte reflejado en la naturaleza es una retribución maravillosa.

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