miércoles

Una cuidadosa lectura del espacio (3ra y última parte)

—Te voy a platicar de la tercera manera, pero ya no es de hacer una historia. Igual es de observar con atención, pero lo que sigue es más sutil.
—Antes de que continúe, le comento que con respecto a las técnicas que me ha platicado, aparte de ayudar a compenetrar con el paisaje observado, descubrí que pueden ayudar inclusive a sugerir arquitecturas si se aplican con ingenio.
— ¿Cómo es eso?
—La historia, mito o leyenda que se arma con elementos inspirados del paisaje se pueden representar físicamente en lo que se construye. Como en el primer ejemplo en donde teníamos a una madre amorosa en la historia, ¿Cómo la puedo hacer presente en el espacio? No se trata de hacer la torpeza de construir una casa en forma de mujer literalmente, sino que, a través de sus espacios, hacer palpables las características de una señora que ama a sus hijos…y de aquí ya depende la fuerza del intento por realizarlo. El resultado puede ser cualquier cosa que evoque lo maternal, tanto en sus aspectos emotivos como físicos: una gran chimenea puede representar el calor del cariño, los sonidos de un móvil o de una caída de agua el canto que hace para dormirnos plácidamente, verdes y largas enredaderas sus cabellos, lugares con almohadas su suave regazo. ¿Me explico?
Asintió con la cabeza, escuchando atento.
— ¿Cuándo se iba a pensar que un árbol sugeriría los espacios que le acabo de mencionar? Pero llegamos a estos a través de la analogía de una madre amorosa. El ejemplo es de una casa, pero igual se puede hacer para cualquier cosa que se quiera edificar.
Después de unos instantes de silencio, puso su mano abierta sobre mi espalda. —Bueno, en esto último finalmente está involucrado nuestra interpretación personal, por lo que es el resultado final varía según quien lo aplique—. Luego prosiguió:
—La tercera y última manera es similar a las anteriores. Observas en silencio y te muestras atento, desmenuzando y descubriendo todos los elementos del paisaje, pero esta vez no vas a hacer una historia. Esta vez, vas a tratar de descubrir la naturaleza de una persona.
— ¿Entender al sitio como un personaje?
—Claro, y esto es mucho más sutil. Para explicarme mejor vamos a empezar al revés. ¿Físicamente como representarías la alegría? ¿Con que colores, con que formas? Igualmente ¿Cómo lo harías con la tristeza, la hipocresía, el valor, la consideración, el empeño, la constancia, el miedo y cualquier otra característica de la condición humana?
—Creo que ya se para donde va.
—Entonces entenderás esto: la forma en que están caídas las hojas de aquella planta, la forma prominente de ese cerro—apuntó a lo lejos a uno de forma corpulenta—, o el color de ese pasto, tomando en cuenta todo lo que puedas percibir de ellos: ¿Qué atributos humanos les asignarías? Y ya observado todo, ¿Qué persona resulta ser?
— ¿De qué me sirve descubrir esto?
—De nuevo te digo: no es tan importante el resultado final como lo es el proceso a través del cual lo descubres. La atención que apliques al sitio sustituye la atención que tienes sobre incertidumbres y dudas con que lo asocias al principio, y trabajas tanto de esta manera sobre el mismo que ya después no lo sientes ajeno.

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Una cuidadosa lectura del espacio (3ra y última parte)

—Te voy a platicar de la tercera manera, pero ya no es de hacer una historia. Igual es de observar con atención, pero lo que sigue es más sutil.
—Antes de que continúe, le comento que con respecto a las técnicas que me ha platicado, aparte de ayudar a compenetrar con el paisaje observado, descubrí que pueden ayudar inclusive a sugerir arquitecturas si se aplican con ingenio.
— ¿Cómo es eso?
—La historia, mito o leyenda que se arma con elementos inspirados del paisaje se pueden representar físicamente en lo que se construye. Como en el primer ejemplo en donde teníamos a una madre amorosa en la historia, ¿Cómo la puedo hacer presente en el espacio? No se trata de hacer la torpeza de construir una casa en forma de mujer literalmente, sino que, a través de sus espacios, hacer palpables las características de una señora que ama a sus hijos…y de aquí ya depende la fuerza del intento por realizarlo. El resultado puede ser cualquier cosa que evoque lo maternal, tanto en sus aspectos emotivos como físicos: una gran chimenea puede representar el calor del cariño, los sonidos de un móvil o de una caída de agua el canto que hace para dormirnos plácidamente, verdes y largas enredaderas sus cabellos, lugares con almohadas su suave regazo. ¿Me explico?
Asintió con la cabeza, escuchando atento.
— ¿Cuándo se iba a pensar que un árbol sugeriría los espacios que le acabo de mencionar? Pero llegamos a estos a través de la analogía de una madre amorosa. El ejemplo es de una casa, pero igual se puede hacer para cualquier cosa que se quiera edificar.
Después de unos instantes de silencio, puso su mano abierta sobre mi espalda. —Bueno, en esto último finalmente está involucrado nuestra interpretación personal, por lo que es el resultado final varía según quien lo aplique—. Luego prosiguió:
—La tercera y última manera es similar a las anteriores. Observas en silencio y te muestras atento, desmenuzando y descubriendo todos los elementos del paisaje, pero esta vez no vas a hacer una historia. Esta vez, vas a tratar de descubrir la naturaleza de una persona.
— ¿Entender al sitio como un personaje?
—Claro, y esto es mucho más sutil. Para explicarme mejor vamos a empezar al revés. ¿Físicamente como representarías la alegría? ¿Con que colores, con que formas? Igualmente ¿Cómo lo harías con la tristeza, la hipocresía, el valor, la consideración, el empeño, la constancia, el miedo y cualquier otra característica de la condición humana?
—Creo que ya se para donde va.
—Entonces entenderás esto: la forma en que están caídas las hojas de aquella planta, la forma prominente de ese cerro—apuntó a lo lejos a uno de forma corpulenta—, o el color de ese pasto, tomando en cuenta todo lo que puedas percibir de ellos: ¿Qué atributos humanos les asignarías? Y ya observado todo, ¿Qué persona resulta ser?
— ¿De qué me sirve descubrir esto?
—De nuevo te digo: no es tan importante el resultado final como lo es el proceso a través del cual lo descubres. La atención que apliques al sitio sustituye la atención que tienes sobre incertidumbres y dudas con que lo asocias al principio, y trabajas tanto de esta manera sobre el mismo que ya después no lo sientes ajeno.

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